Merci Maman: Trece años grabando tu historia en joyas personalizadas

Esta semana, la marca de joyas personalizadas Merci Maman cumple trece años y queremos celebrarlo por todo lo alto. Este año más que nunca, nuestro aniversario es un momento para echar la vista atrás en familia y ver cuánto hemos cambiado desde nuestros inicios, cuando una mamá llamada Béatrice grabó a mano su primera pulsera. Trece años y cincuenta puestos de trabajo después, Béatrice dedica a toda la comunidad de Merci Maman las siguientes palabras:

“Me siento muy orgullosa de haber creado una marca que acompaña a los demás en los momentos más importantes de sus vidas. Desde un nuevo nacimiento hasta un aniversario, Merci Maman está presente acompañando y recordando las ocasiones más especiales de miles de personas. Grabar a mano las historias de nuestros clientes siempre ha sido la mayor recompensa, y es realmente conmovedor pensar que nos siguen eligiendo para convertir sus palabras en una joya única.

Nos encantan todas y cada una de las historias que pasan por nuestra casa y que enviamos a nuestros clientes en una pequeña cajita naranja. A lo largo de los años, he creado la marca y la he visto crecer y, como una madre con su hijo, estoy inmensamente orgullosa de la evolución de la marca y de dónde está ahora. “

El año pasado os presentamos a Inés, Mélanie y Holly, tres madres de nuestro equipo en la recta final del embarazo. Hoy, las orgullosas mamás disfrutan de sus preciosas peques (Amélie, Gabriela y Oseivie), e Inés y Holly acaban de incorporarse de nuevo a nuestra oficina en Londres tras su baja de maternidad.

Queremos seguir grabando vuestras historias en nuestras joyas personalizadas durante muchos años más y celebrar todo lo que hemos conseguido, que no sería posible sin vuestro apoyo constante. Por ello, estad atentas a una sorpresa de agradecimiento muy especial este miércoles.

Os queremos mandar un gran abrazo virtual de agradecimiento por todos estos años creciendo en familia, y por los que están por venir. Hoy brindamos por no perder nunca la ilusión de celebrar.